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5. Cuando empezó la reunión, pedí la palabra.
5. Замените придаточные предложения оборотами acusativo con infinitivo и переведите на русский язык:
06paзец: Fulano oyó que el ruido del motor se acercaba. — Fulano oyó acercarse el ruido del motor.
1. Carmen vio que su amiga se movía en el asiento delantero.
2. Escuchamos cómo canta el ruiseñor.
3. Los viejos miraban como bailaban los jóvenes.
4. Todos oyeron que el tren llegaba.
5. Los viajeros sienten que pasa algo incomprensible.
6. No he visto que detrás de mí corre un muchacho.
6. Замените обороты acusativo con infinitivo придаточными предложениями и переведите на русский язык:
1. Nunca las vi pasear junto con sus padres.
2. Esta vez oímos gritar al sargento.
3. El desconocido decía llamarse Luis y ser argentino.
4. Hemos oído a Vicente decir que está muerto de cansando.
El trabajo de control 3 (ДЕ 3.1)
«Глагольная тенденция испанского языка ».
Variante II
1. Определите, каким придаточным предложениям соответствуют по смыслу связные инфинитивные обороты; замените их соответствующими придаточными предложениями и переведите на русский язык:
06paзeц: Al hablar con los padres, comprendí mi error — Cuando hablaba con mis padres, comprendí mi error.
1. De seguir las cosas así, no sé qué vamos a hacer.
2. De no empastar la muela, usted la pierde en seguida.
3. Después de haber trazado el plan, los ingenieros lo presentaron a los dirigentes de la empresa.
4. Por no querer hablar, Juan perdió el pleito.
2. 3aмените придаточные предложения связными инфинитивными оборотами и переведите на русский язык:
Oбpaзeц: Si no lo hubieses sabido, no habrías ayudado a tus padres. — De no haberlo sabido, no habría ayudado a tus padres.
1. Me fui, después de que había hecho todo.
2. Si callamos, no ganaremos nada.
3. Como me siento mal, esta noche quisiera quedarme en casa.
4. El problema hasta hoy sigue en pie porque es muy complicado.
5. El no habló mas porque no estaba muy seguro de sus razones.
6. El no habló más, seguro de que no le habían comprendido.
7. Cuando la muchacha se quedó sola, llamó por teléfono a su amiga.
8. Cuando entré en la sala de espera, vi a Pedro sentado en un banco.
3. Определите тип абсолютного инфинитивного оборота, замените соответствующим придаточным предложением; переведите на русский язык:
06paзeц: Al sentarse a la mesa los jóvenes, tocó el timbre. — Cuando los jóvenes se sentaron a la mesa, tocó el timbre.
1. Al dar el reloj las doce, las visitas se despidieron de los amos de la casa.
2. De no haber participado en el concierto el conjunto Moiséev, no habríamos comprado las entradas.
3. Pese a haberme dicho el hermano que no saliera a la calle, me fui de casa.
4. Por estar en comisión de servicio nuestra profesora, la conferencia se aplazó.
4. 3aмените придаточные предложения абсолютными инфинитивными оборотами и переведите на русский язык:
06paзeц: Cuando dieron las diez, salí a la calle. — Al dar las diez, salí a la calle.
1. Sin que yo le atendiera, Pedro se marchó.
2. Ayudo a Juan, a fin de que cumpla con su tarea lo más pronto posible.
3. Cuando los jóvenes se sentaron, les sirvieron la comida.
4. Cuando llegaron los turistas, les recibió el representante de la compañía turística.
5. Cuando bajó la prima, corrimos a abrazarla.
5. Замените придаточные предложения оборотами acusativo con infinitivo и переведите на русский язык:
06paзец: Fulano oyó que el ruido del motor se acercaba. — Fulano oyó acercarse el ruido del motor.
1. La pareja vio que por la carretera venían cuatro campesinas.
2. Percibí que alguien entraba en la habitación.
3. Nadie oyó que Elena lo dijo.
4. A medianoche la familia sintió que alguien llamaba a la puerta.
5. ¿Quién ha oído que ella habla de su carrera artística?
6. Los burladores sintieron que todos sus planes fracasaban.
6. Замените обороты acusativo con infinitivo придаточными предложениями и переведите на русский язык:
1. Al ver acercarse a Emilia, Cristina se escondió en otra habitación.
2. De pronto sentí temblar la tierra.
3. Marcela le vio atravesar la calle.
4. Vi aparecer a Ramón en el camino.
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El trabajo de control 4 (ДЕ 4.1, 4.2)
«Адъективная тенденция испанского языка ».
Variante I
I. Traduce el trozo del texto al ruso conservando el aspecto humorístico del relato.
EL NIÑO VENDADO
Fernando Romero
Nació en Lima (Perú), en 1905. Es un conocido educador y al mismo tiempo literato. Sus cuentos se distinguen por la aguda visión, la cultura profunda y el sagaz humorismo.
Advierte que la mujer maltrata disimuladamente al chico. Hasta logra escuchar la exclamación ahogada de dolor del niñito de cabeza vendada.
"!Qué refinada crueldad! Pegarle así a una criatura herida!..." "¿Cómo esta mujer tiene valor para maltratarlo? ¿Y si fuera su madre? Sería horrible... ¡Cuándo podremos salvar a los niños del grito, del envilecedor castigo corporal, del insulto, de todo aquello que los humilla y los disminuye!"
Recuerda frases de los psicólogos de niños. Le viene a la memoria un libro en el que se estudia la influencia coercitiva del adulto autoritario. Y al observar la buena.Topa que la mujer lleva, se dice que esa fiera pertenece por lo menos a la clase media.
El tren se detiene mientras cavila. Brincando como cervatillos entran al coche dos chicuelos que deben tener la misma edad del niño vendado. Este les clava la mirada hasta que pasan el asiento que él ocupa, luego se incorpora como para seguirlos, o por lo menos para continuar observándolos.
-
¡Quieto, demonio!— oye de boca de la mujer.
"¡Cómo Gertrudis enseña a sus hijos!" —parodia satíricamente a Pestalozzi.— "He aquí, en potencia un futuro enfermo de la personalidad, a causa de la estupidez de esta mujer". Y con amargura piensa que las madres se niegan a estudiar al niño como material de la gran obra humana; que no les importa su propia conducta frente a aquél; que no se detienen nunca a considerar la existencia de ese mundo remoto y misterioso en que viven sus hijos, al que podrían entrar fácilmente con brújula de amor, con palabra sencilla, con gesto amistoso.
El chico vendado se agita en su asiento. Nuevamente la mujer lo pellizca. El niño rompe a llorar.
"Es una hiena con figura humana... Debo intervenir, no hay duda".
Reflexiona un momento. Luego se decide.
-
Usted disculpe, señora. Conozco algo de educación infantil y quizás podría ayudarle en la dificultad que parece usted tener para tranquilizar a este niñito...
-
¿Niñito dice usted? —le interrumpe la otra—. Demonio sería mejor, pues no me deja un minuto de paz.
-
Pues vea usted, señora: no crea que su caso sea el único. El alma infantil...
Con palabra fácil y tono convincente, explica el proceso de la educación. Habla de la personalidad de los niños, da ejemplos, establece comparaciones.
—... y así, señora, usted no debe creer que un niño realiza algo malo porque desea hacerlo; antes de juzgarlo es preciso buscar pacientemente la causa de su comportamiento.
Los pasajeros de los asientos cercanos se han interesado en su explicación. Los más hacen gestos aprobatorios. La madre la ha escuchado, primero con sorpresa, después con asombro y al fin con una expresión sardónica en la cara...
-
¿Tiene usted hijos?— pregunta ella.
-
Soy soltera.
-
Pues este chico es el tercero de los diez míos, sabia señorita, y no creo que tenga usted algo que enseñarme. Yo no los di a luz con la risa en los labios, sino a gritos; no los alimenté por radio, sino con mis senos; no los arrullé por libro, sino con mi voz cansada del quehacer diario. Usted sabrá lo que dicen Pestalozzi y los otros. Pero yo tengo la ciencia experimental de mis malas noches meciéndoles la cuna, del sarampión, de las caídas dé los unos y de los pleitos entre los otros, del baño diario, la papilla y las lavativas. No siga usted hablando de lo que no sabe, no se meta en lo que no le importa y déjeme en paz.
Ya ese duelo verbal se ha convertido en espectáculo que gozan los demás pasajeros. La madre se ha ganado al público, quien celebra con risas su respuesta. ...
El trabajo de control 4 (ДЕ 4.1, 4.2)
«Адъективная тенденция испанского языка ».
Variante П
I. Traduce el trozo del relato al ruso conservando el aspecto humorístico del texto.
LA VIEJA LUCHA CON LA MALETA
Wenceslao Fernández Flórez (España)
Me senté delante de aquella maleta hinchada, en la que la ropa sobresalía tanto, que dejaba la tapa en una posición casi vertical, y hundí la cabeza entre las manos. Era tan infeliz en aquellos instantes como no recordaba haberlo sido nunca, a pesar de que tuvo que sufrir en la vida muy duras pruebas. Desde las nueve de la mañana no había hecho más que ensayar infinitos métodos para acomodar en la maleta las prendas de vestir que estaban tiradas por el cuarto, y únicamente había podido conseguir que cupiese una pequeña parte de ellas. Y era ya la una y media de la tarde. Doy mi palabra de honor de que no hice otra cosa más que fumar cigarrillo en momentos en que mi desesperación era grande, que sentía que me iba a faltar la razón. Ni siquiera me había afeitado ni vestido; estaba en pijama y en bata; tal y como estaba después de salir de la cama, y sudaba como si tuviera puesto un abrigo.
A eso de las doce debí de padecer una crisis mental, porque recuerdo que estuve veinte o treinta minutos tratando a la maleta como si fuera un ser animado. Le dirigí ruegos apasionados y observaciones tan sensatas, que me parecía que ni una maleta podría resistirlas. Al principio yo fui tierno con ella:
-
Bien sé — le decía — que es muy desagradable llevar todas estas cosas dentro. Sobre todo, los zapatos. Comprendo que no te gusta ir con tres pares adentro ... Bueno, pues quitaremos los zapatos, y la maletita se portará bien y admitirá todo lo demás. ¿De acuerdo?
Pero la maleta continuaba portándose mal. Yo razonaba:
-
Hoy terminan nuestras vacaciones; no tenemos más remedio que marchamos. El tren sale a las tres; ya tengo el billete comprado y aun es preciso hacer muchas cosas. ¡Ea, sé buena!
-
ella se obstinaba tercamente. Entonces llegué a insultarla.
-
¡Idiota, odre viejo! ¿Para qué diablos sirves? ¿Por qué tozudez asnal no admites ahora lo que admitiste en Madrid al emprender el viaje? ¿Es que te vas a reír de mí, pellejo sucio?
-
hasta la maltraté. Me avergüenza decirlo, pero la maltraté. Le di una terrible patada; una nada más, porque tenía puestas unas finas zapatillas de piel, y me dolió el pie tanto, que cambié de arma empecé a darle puñetazos. Se puso a resonar burlonamente, como un tambor.
Después de un instante de decaimiento, de laxitud de mi espíritu, me sorprendí arrodillado junto a ella, que bostezaba con la boca abierta y, en el fondo, unos cuantos pares de calcetines de diversos colores, enrollados como pelotas, lo que daba al conjunto el aspecto de una cesta con hortalizas: tomates, pimientos, nabos, patatas mondadas, patatas sin mondar ... Según el tono ...
Cuando me convencí de que no lograría nada aunque consagrase a aquel empeño el resto de mi vida, hice sonar largamente el timbre. Tardaron mucho en acudir. Al fin apareció la robusta figura de Jacoba, la camarera, casi obstruyendo el espacio de jamba a jamba.
Le dirigí una triste mirada de auxilio. Esperaba que comprendiese mi trágica situación y se precipitase a prestarme el auxilio de su experiencia. Pero ella continuó masticando algo que traía en la boca, sin parecer darse cuenta de nada.
—Jacoba — comencé a decir con la timidez con que trato siempre a los camareros —. ¿Tiene usted mucho que hacer ahora?
—Estoy sirviendo el almuerzo a la anciana del 36, que come en su cuarto.
—Bien, bien ... La llamé, porque ... no me acuerdo de si le he dado la propina ...
—Está incluida en la cuenta, señor.
—No importa ..., no importa ... Tome usted esto ...
—Muchas gracias, señor.
Suspiré:
—Esta maleta acabará conmigo, Jacoba. No acierto a arreglaría.
—A muchos señores les sucede eso — me ilustró —. Es cuestión de paciencia. ¿Quiere algo más?
—¿Podría mandarme a Manolo, su compañero?
—Está almorzando, señor. Es su hora. ...
El trabajo de control 5 (ДЕ 5.1, 5.2)
«Адвербиальная тенденция испанского языка ».