Диссертация (1168529), страница 43
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para su debidoconocimiento, reiterándole mi consideración y distinguido aprecio.Dios y Libertad. Querétaro Marzo 21. de 1848.[Rosa]E.S. Ministro de Guerra2362. Доклад Мигеля Барбачано, губернатора Юкатана, о восстаниииндейцев. AHSEDENA XI/481.3/2820 P. 4-7.237238239240241242Gobierno superior del Estado de YucatánExc[elentísi]mo. S[eñ]or.Con fecha 2 del corriente tuve el honor de dirigir una comunicación oficial alE.
Sr. Ministro de Relaciones interiores de la República, dándole en ella cuenta paraconocimiento del E[xcelentísimo]. S[eño]r. Presidente, del estado aflictivo y casidesesperado que guardaba en dicha fecha esta desgraciada península a consecuenciade los progresos que había hecho la sublevación de los indígenas, cuyas masasnumerosas habían logrado apoderarse de la Ciudad de Yzamal y villa de Ticul,distantes ambas por los rumbos Este y Sur á 17 leguas de esta Capital.Desde aquellos desgraciados acontecimientos y sacando fuerzas de nuestrapropia flaqueza y desesperación, se han multiplicados las medidas de defensa hastael extremo de armar con malas escopetas á los ancianos y gente casi inútil pararesguardo de la Capital, mientras marchaba en busca del enemigo aquella más aptapara el servicio de Campaña y propia para reforzar los cantones que en dichos puntoshabían sufrido tan rudos golpes.La divina providencia ha querido esta vez premiar la constancia y tenacidadde nuestras tropas, concediendo alcanzar triunfos completos sobre los barbaros aquienes ha derrotado en cuantos encuentros ha tenido con ellos con pérdidaconsiderable de su parte, logrando recuperar las indicadas Ciudad y villa de Yzamaly Ticul, o para hablar con más propiedad, las ruinas de ellas, pues los barbaros lasredujeron a cenizas, especialmente la última, donde el hermoso y antiguo templo yconvento que allí había no pudo salvarse de su vandalismo.
La sección que obrasobre Yzamal avanzó hasta el punto de Cenotillo, 14 leguas más arriba de dichaCiudad, batiendo siempre al enemigo, y hoy mismo debe estar atacando el de Dzitaasque tenían fortificado; mas no han bastado desgraciadamente estas ventajas paraimpedir que en el partido de Campeche haya llegado la osadía de los salvajes hastaponer fuego y destruir más de veinte valiosas haciendas de su comarca, distantesalgunas, dos leguas cortas de la plaza. Una de las secciones que salió en supersecución compuesta de 350 hombres fue acometida por más de dos mil indios enel pueblo de Hampolon á tres leguas de la Ciudad, pero fue rechazada con pérdida243de más de 150 muertos, siendo relativamente la nuestra muy corta pues de redujo aseis hombres y diez y seis heridos de tropa y un oficial.Como la conflagración es general en el Estado, no puede el gobierno acudir atodas partes e impedir que continúe el incendio y destrucción de los pueblos yhaciendas porque carece de armas, municiones y dinero para armar gente.
Tal es porahora el estado que guarda la guerra de Yucatán, sin que pueda disimularse estegobierno ni ocultar a V[uestra].E[xcelensia]. cuan precaria y comprometida es estasituación si se atiende a que dentro de muy pocos días, no contaremos ni con un solocartucho para continuar la guerra, ni con pólvora en el país para construirlos. Elarmamento en lo general (á excepción de mil fusiles comprados en la Habana y otrosmil con que nos auxiliaron aquellas autoridades superiores) está muy usado y casiinútil, estando el correaje en el mismo estado de inutilidad.En tal virtud, y para no tener el dolor de ver perder el punto de tantossacrificios como se han hecho para lograr unas ventajas q. han contenido nada menosque la ruina completa de esta hermosa porción del territorio mexicano, ruegoencarecidamente a V[uestra].E[xcelensia]. se digne recabar del Supremo Gobiernoel envío de un pronto auxilio, anticipando entretanto por ser cosa urgentementenecesaria y perentoria, tres mil fusiles útiles y otras tantas fornituras completas deque carecen nuestras tropas y aquella cantidad en numerario que el mismo Gobiernocrea prudente para socorrer más de ocho mil hombres actualmente sobre las armasque hace tiempo están sufriendo las más duras privaciones y penalidades.Como los recursos del Estado han desaparecido totalmente y como son muypocos las particulares que han logrado salvar una parte de sus fortunas en elnaufragio general, no encuentra ya medios de hacer frente a tantas necesidades, nosiendo la menor la de tener que atender más de 30.000.
personas emigradas delinterior, la mayor parte ancianos, niños y mujeres que viven a expensas de la Caridadpública.Creo también de mi deber llamar la atención de V.E, como lo hago en notaseparada al E[xcelentísimo]. S[eño]r. Ministro de relaciones, sobre el hecho de haberhallado en poder de varios prisioneros indios que han ciado en manos de nuestras244tropas, escopetas nuevas y cartuchos de papel y construcción extranjera desde queaquellos se apoderaron de Bacalar.
Como la vecindad de esta villa conestablecimiento británico de Belize en Honduras y la nota oficial del superintendenteal jefe indio de dicha villa, impresa en los periódicos de la Habana, en que le da lasseguridades de que serán admitidos él y los demás indios yucatecos a comerciarlibremente bajo el pie que los súbditos de las naciones más favorecidas, no ignorandoel modo atroz, bárbaro y salvaje con que hacían y hacen la guerra a la raza blanca,inducen a sospechar que del referido Belize se les surte a los indios de armas ymuniciones faltando así a los principios de humanidad, equidad, justicia y buenavecindad, S[u].E[xcelensia]. el Presidente en vista de tales informes procederá comocorresponde.
En febrero último se comisionó al S[eño]r. D[on] Alonso Peón cercade dicho superintendente para informarle del carácter atroz con que los indios hacíanla guerra sin respetar ni a los niños de pechos y suplicarle tomase sus medidas paraque no se vendiese a tales barbaros ni armas ni municiones, pero acaso la fortuna dehaber caído en poder de éstos un punto que asegure el tráfico y comercio de Belizecon Bacalar habrá hecho cambiar a los ojos del superintendente el verdadero carácterde los indios sublevados.Aprovecho gustoso esta oportunidad para protestar á V[uestra].E[xcelensia].mis respetos y distinguida consideración.Dios y Lib[ertad] Merida, 24 de junio de 1848.[Miguel Barbachano][Francisco M. de Arredondo, Secretario general]Ex[celentísi]mo.
S[eño]r. S[ecreta]rio. de guerra y marinaMégico2453. Инструкции, данные генералу Мануэлю Мичелторене, по вступлениюв должность главнокомандующего штата Юкатан, 8 января 1850 г.AHSEDENA Exp. IX/481.3/2914. F. 319-321.246247248249250Habiendo aprobado el E.S.P. las adjuntas instrucciones de su orden se sujetará V.S.a ellas, en la comisión que debe desempeñar en el Estado de Yucatán.Enero 8 de 1850.Sr. General Don Manuel Micheltorena.Comandante general del Estado de Yucatán, Veracruz.Ministerio de guerra y marina.Instrucciones que deberá observar el S[eñó]r. General Don Manuel Micheltorena enel desempeño de la Comandancia general de Yucatán que le ha confiado el SupremoGobierno.1ª.
Debe tener presente el estado excepcional en que se encuentra la Península comoresultado de la guerra que sus habitantes han sostenido contra los bárbaros, por cuyomotivo no ha sido posible reestablecer allí en todas sus partes el orden constitucional.El S[eñó]r. Micheltorena guardará la mayor harmonía y buena inteligencia conaquellas autoridades locales, y procurará por medio de la persecución encaminarpoco a poco las cosas de manera que se reestablezca en aquel Estado la antiguainfluencia de los poderes generales de la Unión.2ª.
La guerra contra los indios sublevados debe ser el asunto de la más preferenteatención del S[eñó]r. Micheltorena, quien trabajará con perseverancia de manera queutilizándose debidamente todos los elementos que hay actualmente y los que puedenprocurarse para lo de adelante, se logre completar la pacificación ya bastanteadelantada.3ª. Debe cuidar el S[eñó]r. Micheltorena de poner arreglo hasta donde le fuereposible en todo el ramo militar, pues el Gobierno sabe que existen en Yucatán abusosmuy perjudiciales para la causa pública, los cuales deben removerse a toda corta.4ª. El presupuesto de la Comandancia general y el del 6º batallón de línea, debenremitirse a este Ministerio con un mes de anticipación.
Los demás gastos militares251deben cubrirse con 16 000 pesos que mensualmente se remiten a la ComisaríaGeneral de Yucatán.5ª. Procurará el S[eñó]r. Micheltorena aumentar la fuerza del 6º Batallón de línea,para lo cual podrán ser invitados a pasar voluntariamente los individuos de tropa queahora pertenecen al Batallón llamado ligero de Campeche; cuyo cuerpo no estandoreconocido por la ley, no puede ser considerado, sino como Guardia Nacional. Losindividuos que quedaren en dicho Batallón ligero, formaran el pie de uno activo queha de levantarse.6ª. Puede suceder que tan luego como se empiece a sentir en Yucatán el influjo delGobierno general para consolidar el orden aparezcan nuevas tendenciasrevolucionarias apoyadas por algunos militares. En este caso, para precaver contiempo las transcendencias de un trastorno, el S[eñó]r.
Micheltorena hará uso de lafacultad concedida al Gobierno por los Decretos de 20 de julio de 1848 y 1º defebrero de 1849, para remover de un punto a otro o para señalar la residencia a losjefes u oficiales en estos o con licencia ilimitada.7ª. El S[eñó]r. Micheltorena, remitirá a este Ministerio a la mayor brevedad unamemoria breve y clara del estado en que se halla el ramo militar en la península, yde las medidas que en su concepto deben tomarse para poner dicho ramo en todo elorden y regularidad que el gobierno desea.2524.
Доклад Мануэля Мичелторены, главнокомандующего штата Юкатан,о ситуации на полуострове от 5 августа 1850 г. AHSEDENA Exp.IX/481.3/2914. F. 142-146.253254255256257258259260261Comandancia general del Estado de YucatánNum[er]o. 208.Ex[celentísi]mo. S[eño]r.Tengo en notas anteriores, prometido a V[uestra].E[xcelencia]. dar alSupremo Gobierno en informe verídico y exacto de las causas originales yeventuales de la rebelón de castas, de los obstáculos que es necesario remover si setiene, como no es dudable, voluntad de poner término decisivo a esta guerravandálica y destructora; y del único remedio aplicable para obtener la salvación delpaís.Ruego de nuevo a V[uestra].E[xcelencia]. valoricen mis palabras en su sentidogenuino; y que fíjame en ellas la atención suprema del Gobierno, se persuada estelas escojo con el mayor cuidado para evitar incurrir en la menor exageración, asícomo el caer en el contrario extremo.Causas originales.Lo fueron en primer lugar la extremada opresión en que yacía la raza indígena:en segundo el haberse valido los partidos, de armar a los indígenas y de instruirlosen el manejo de la armas ofensivas y defensivas; y en tercer lugar el haberles ofrecidoy no cumplir a cada convulsión en que los empleaban, exonerarlos de lascontribuciones, persona y eclesiásticas, que gravitaban sobre su miseria.Las eventuales consistían en el extremado rigor con que se trataba a losvencidos y prisioneros y en haberse declarado reos de muerte y sin cuartel por leydel Estado, a los caudillos y capitanes, quienes, como ha sucedido en todo el mundo,en todas las edades y está en la naturaleza de las cosas sucediera aquí en la presenteépoca, sabiendo que han de ser muertos precisamente se defienden hasta ladesesperación reducidos al extremo de morir o vencer.Pasemos ahora a los “obstáculos que es necesario remover si se quiere ponertérmino decisivo a esta guerra”.262Al principio de la casi general sublevación, cada individuo de la raza blancaconoció era una necesidad imperiosa tomar las armas y defenderse, o morir comoovejas, sin que la humildad los garantizase de los antropófagos.